Comenzaremos con una afirmación polémica en apariencia: el baño es la zona íntima de tu negocio. En ese espacio físico se condensa la imagen proyectada hacia tus clientes. La pretensión no es ser categóricos con afirmaciones exageradas, sino que podamos reflexionar sobre cuestiones naturalizadas culturalmente que van en contra del crecimiento de tu propuesta comercial.
La naturalización es un fenómeno común en estos tiempos, es un mecanismo de defensa, en términos psicológicos. Naturalizamos la incomodidad, muchas veces, para subsistir en este mundo. Por incomodidad nos referimos – por ejemplo- a los “malabares” que en ocasiones debemos hacer en los baños semi públicos para no entrar en contacto con ninguna superficie que, a simple vista, se observa en malas condiciones. Pero lejos de cuestionarlo, la mayoría de las personas naturaliza la suciedad, los malos olores, como si dichas variables fueran parte constitutiva de estos espacios.
Teniendo en cuenta lo expuesto, podemos hablar de la salud de tus baños entendiendo su dimensión sensible. Cuando hablamos de sensibilidad nos referimos a la capacidad de observar el valor que aporta darle atención al espacio físico de tu negocio donde ocurre lo íntimo, allí donde tu cliente interno/externo expone cierta vulnerabilidad que debe ser cuidada. Simplemente por salud. Es una responsabilidad que no debe ser eludida.
Si recurrimos nuevamente a lo naturalizado, hemos perdido la capacidad de asombro al transitar por baños abarrotados de papeles, con malos olores, manchas, etc. ¿Consideras que dicha afirmación no opera en contra de tu negocio? También nos hemos acostumbrados a escuchar y ver noticias espantosas en los noticieros ¿Crees que eso tampoco te afecta?
Pues, estamos en condiciones de ser determinantes sin ningún tipo de miramiento: Sí, afecta completamente tu percepción, la condiciona y tus acciones serán consecuencia de esa experiencia. Lo mismo le sucede a tu cliente después de haberse comido un rico salmón en tu restaurante o de haber gastado un dineral en un buen peinado en tu centro de estética, también si fue a visitar al médico en tu clínica o a tu colaborador que vive nueve horas de su vida diaria trabajando en tus oficinas.
Claramente no es conveniente ni inocuo no darle la atención que se merece a la zona íntima de nuestro negocio. El baño es el corazón si tuviésemos que hacer un paralelismo con alguna parte del cuerpo, porque en lo aparentemente simple se observa cuán profundo somos al momento de pensar en nuestro cliente. Tener un baño en condiciones es parte de nuestro servicio. No es accesorio, es parte integral de la propuesta.
En conclusión, normalicemos el cuidado y para ello ProHygiene te brinda soluciones de higiene para que tu baño, la zona íntima de tu negocio, se luzca.